De los creadores de “empecé sin dinero”
llega el “lo hice sol@”. 
Ya veías venir este post verdad? Jajajaja… Es que sí es importante.
Para efectos de colorear el cristal con el que vemos las cosas, me gustaría darte una perspectiva de abundancia. Un vistazo a una realidad que muchas veces no vemos claramente.
¿Cómo es que se ve la ilusión de hacerlo sol@? 
- Nadie mas que tú creen en tu visión. Te llaman loc@ por querer lo que quieres. Y aun así lo haces. “Sol@”
- Empezaste un changarrito, siendo un free-lancer (tal vez hasta desde el hobbie).
Tú eras el departamento de administración, de marketing, de atención al cliente, de compras, de venta, de procesos, de bodega, de limpieza, etc. - Te convertiste en solopreneur, pasaste por el auto empleo… fuiste creciendo y en todo ese tiempo de crecimiento, te sentías “Sol@”
¿Cómo se ven los trampolines, ayudas, acompañamientos, grúas en el camino?
→ que hace que realmente *no* sea un camino “solitario”.
Tal vez se ve disfrazada de tu mamá, que cuida a tus hijos cuando tienes una cita de trabajo.
O tal vez que te haga una torta para que comas en tus noches de desvelos.
Tal vez sea tu pareja, que aunque se sienta segundo plato después de tu trabajo, resiste. Que aunque no comprende tu visión, está ahí.
O se ve como esa persona que te sirve un café cuando tú no lo haces.
O ese plato de arroz con frijoles que te dieron en un topper.
Esa invitación a comer tacos para que te relajes un rato.
Esa risoterapia que te hizo olvidar del estrés que estabas pasando en cierto momento.
Tal vez fue un completo extraño que te dejó pasar en el tráfico o en la fila del supermercado y eso hizo que llegaras a tiempo a una cita.
Esos clientes que te sacan canas verdes, azules, moradas… que te enseñan lo que no quieres.
Ese practicante que te ayudó a archivar algo. O a cargar una caja. O lo que fuera.
Ese amigo que te dio un tip de negocios sin cobrarte. O ese mentor que te dio un consejo o un punto de vista sin que se lo pidieras y no te cobró nada.
Todas esas personas que invierten su tiempo para crear contenido que está disponible gratuitamente en la web.
Una persona que dio un “challenge” gratuito y que te llenó de inspiración.
Ese profesor que te dio un curso y que te enseñó algo nuevo.
Ese conferencista que dijo algo exacto en el momento exacto.
Si, podría seguir escribiendo y hacer un largo papiro interminable de formas en los que se ve la ayuda. 
Pero creo que ya me agarraste la onda, verdad?
Ahí te va el 
cherry on top de todo esto:
Nuestra mente es la máquina más maravillosa que tenemos. Si todos supiéramos el gran poder que tiene, su uso sería para crear maravillas. 
Y me imagino que has escuchado que “nuestros pensamientos crean nuestra realidad”, pero por efectos de claridad, eso quiere decir que si yo pienso algo, con base en ese pensamiento, ACTUO. 
O sea, si yo creo que “todo lo hago sola”– voy a hacerlo todo yo. No voy a pedir ayuda. No voy a aceptar ayuda. Si algún día me atrevo a pedir la ayuda, se la voy a pedir a alguien que NO me la va a dar como yo “lo espero” y por ende, voy a reforzar el pensamiento que es inutil pedir ayuda, que mejor lo haga sola.
En cambio, si pienso que es seguro pedir ayuda, que la realidad es que “no estoy sola” y que cuento con mucha ayuda a mi alrededor de varias maneras, de varias formas, en varias personas, con diferentes mensajes… entonces, voy a VER la abundancia que hay a mi alrededor y lo grandiosa que es la vida conmigo.
Sí, aun esos clientes “horribles” que nos sacaron canas verdes 
, fueron maestros que nos vienen a enseñar cosas que “ya NO queremos”. LO CUAL, nos enseña QUE SÍ QUEREMOS. Pero esa es otra historia, otro post.
Hoy te quiero invitar a que te des un momento para escribir una lista de todas esas formas en las que la vida te ha puesto seres maravillosos en tu camino que han venido a iluminarte el camino, y que de alguna manera te han ayudado a CO-CREAR el sendero en el que has caminado y forjado.
Y sabes qué lo haría todavía más maravilloso? Que si al hacer esta lista, descubres cosas que no habías visto conscientemente antes, que le llames o escribas a alguien de esa lista y le des tu agradecimiento. Siéntelo y comparte-se-lo.
Abre tu sombrilla y ve todo lo que hay debajo de ella.
¡Te sorprenderás!
